¿Te sientes como un cubito de hielo a punto de derretirse andando por Madrid? ¿Buscas la sombra de los árboles como una ardilla? ¡No me extraña! Aunque más tarde de lo habitual, el calor va adueñándose de nuestros cuerpos y también de nuestro humor, así que el hecho de quedarse en casa se convierte en un infierno pero, ¿a dónde ir?
Te propongo un plan. Cierra los ojos, abstráete del ruido de la ciudad ¡y del calor!, escucha el piar de los pájaros, las hojas de los árboles mecidas con la escasa brisa de la canícula y respira hondo.
Sal de casa y date un paseo por algunos de los parques más bellos de Madrid cuando empiece a caer la tarde y el calor se haga más llevadero. Yo me pongo las gafas de sol y ¡te acompaño en el paseo!
El Parque del Buen Retiro, el más popular de la ciudad, está considerado como el gran pulmón verde del centro de la capital. Te recomiendo que te dejes llevar por sus innumerables paseos, contemples el porte impresionante de sus árboles y descubras o vuelvas a recorrer algunos de sus espacios más visitados como el famoso lago presidido por el monumento a Alfonso XII que, si te animas, puedes recorrer en barca, sus teatros de títeres que dejan embelesados a los más pequeños y sus animadas terrazas siempre llenas de gente.
Por supuesto, es imprescindible acercarse al Palacio de cristal, en el que con suerte encontrarás alguna de las múltiples exposiciones que acoge. También podrás contemplar fuentes como la de los Galápagos o la de la Alcachofa, así como la Casita del pescador o el Paseo de las estatuas, entre otros muchos espacios y monumentos de gran interés histórico. Por cierto, ¿sabías que en el Retiro se encuentra uno de los pocos monumentos dedicado al diablo que hay en todo el mundo? Es la conocida como Fuente del Ángel Caído.
El Parque del Oeste es otra buena opción. Creado a principios del siglo XX a iniciativa del entonces alcalde de la ciudad, Alberto Aguilera, en él puedes encontrar destacados monumentos, fortines de la Guerra Civil, el Manantial de la salud y, cómo no, dos de sus espacios más visitados: la Rosaleda , donde se presentan 20.000 unidades de rosal de más de 500 variedades, y el Templo de Debod, donado por el estado egipcio a España en 1968 por la ayuda prestada para salvar los templos de Abu Simbel. Merece la pena ver una puesta de sol desde este monumento, considerado como uno de los pocos testimonios de arquitectura egipcia que pueden verse completos fuera de Egipto y el único de sus características existente en España.
Desde el Parque del Oeste, si te animas, puedes coger el Teleférico con destino a la Casa de Campo, el parque urbano más grande de España, cuya historia comienza en el año 1553 al trasladar Felipe II la Corte a Madrid. Este lugar es uno de los espacios preferidos por los madrileños para hacer deporte, pasear o tomar algo en los diversos bares y restaurantes ubicados en torno a su gran lago. Además, acoge dos de los espacios de ocio más importante de la ciudad: el Zoo y el Parque de Atracciones.
En el otro extremo de la ciudad está el Parque Juan Carlos I, inaugurado en el año 1994 con motivo de la denominación de Madrid como Capital Europea de la Cultura. Acoge un olivar centenario, una gran ría, así como el Jardín de las Tres Culturas o la conocida como Estufa Fría, invernáculo abierto que acoge una colección de plantas exóticas. Si deseas hacer un recorrido por este gran parque puedes coger un trenecito gratuito que te cuenta su historia y te hará más llevadero el paseo. O, si lo prefieres, también puedes alquilar una bici para recorrerlo a tu aire.
Junto al Juan Carlos I se encuentra el precioso Parque de El Capricho, uno de mis preferidos. Merece la pena disfrutar de un paseo sin prisa por este coqueto jardín del siglo XVIII, impulsado por la Duquesa de Osuna, contemplando toda su belleza y sus diversos rincones, como La casa de la vieja o el palacio y sus bellos estanques y fuentes que refrescarán tu paseo veraniego.
Y ahí no acaba nuestro recorrido, porque Madrid ofrece muchos más parques de gran interés. En el Jardín de la Quinta de la Fuente del Berro destaca su cascada o el monumento de la Fuente del Berro, cuyas aguas proveyeron a la Casa Real desde el siglo XVII. En la Quinta de los Molinos puedes encontrar olivos, eucaliptos y almendros que ofrecen un bello espectáculo en los meses de febrero y marzo. Y podemos terminar el recorrido en Vallecas, en el Parque del Cerro del Tío Pío, también conocido como el parque de las siete tetas por la forma de sus colinas, con una de las mejores panorámicas nocturnas de Madrid.
Así, que ya sabes anímate y ve de sombra en sombra por los parques de Madrid.